DOCENTES: UNA HUELLA PARA TODA LA VIDA

El Día Mundial del Docente se celebra cada año, en distintas fechas, según el país, insistiendo en la importancia de recuperar el respeto y el prestigio que han de tener los docentes entre padres e hijos y en el conjunto de la sociedad.

La principal obra apostólica de nuestra institución, la Fundación Dolores Sopeña, centrada en la formación integral de personas, especialmente jóvenes y adultas que no han tenido demasiadas oportunidades, tiene como misión favorecer el crecimiento integral de sus destinatarios.

Dolores Sopeña quiso que ese apostolado se llevara a cabo siempre por personas profundamente identificados con el Carisma del Instituto Catequista Dolores Sopeña y que tuvieran como principal referencia al Maestro por antonomasia: Jesús.

No en vano a Jesús se le reconoce como el primer Maestro y, de forma indiscutible, su huella permanece indemne en cada uno de nosotros.

El profesor de los Centros Sopeña en el mundo trabaja siempre apoyado en los valores que nos transmitió, en su sueño de hacer de todas las personas una gran familia, nuestra fundadora.

Le caracteriza la acogida, ofreciendo siempre cálida hospitalidad y alegría a quienes quieran formar parte de esta gran Familia Sopeña.

A través de la solidaridad los profesores ponen en marcha iniciativas de ayuda mutua entre grupos, personas, otros países; con la promoción favorecen la esperanza de un futuro mejor personal y profesional; la fraternidad sirve de cauce de unión entre personas de diferente procedencia física y social con la convicción de que todos somos iguales.

Los docentes que trabajan en nuestros centros trabajan por el respeto y, a través de la empatía, buscan y ayudan a buscar lo que nos une, aceptando las circunstancias de cada alumno, huyendo de prejuicios y reconociendo la dignidad de cada ser humano.

Y con la actitud de salir al encuentro, como otro de los principales valores que nos transmitió Dolores Sopeña, los docentes se movilizan para anticiparse a las necesidades y carencias de nuestros alumnos.

Alumnos apoyados por docentes

Hace años, cuando el Papa Francisco era el Cardenal Jorge Bergoglio compartió unas ideas sobre el trabajo de educar de los maestros:

  1. Educar es un acto de esperanza. No solo porque se educa para construir un futuro, sino porque el mismo hecho de educar está atravesado por ella (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2008).
  2. Educar en la verdad con el testimonio. Será maestro quien pueda sostener con su propia vida las palabras dichas. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2008).
  3. Segundas mamás o papás. Los maestros no podrán limitarse a ser los “segundos padre o madre”, si no hubo antes “un o una primero o primera”. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2005).
  4. Disciplina con libertad. Para que la disciplina adquiera este sello de la libertad es necesario saber leer la inquietud, la réplica, el cuestionamiento. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2008).
  5. Anunciar la luz. Diciendo como el Ángel a los Apóstoles: Anuncien este modo de vida en que la tiniebla no tiene lugar y luchen contra ese cansancio tan habitual que los caracteriza en su vocación para que cada chico y cada chica abra su corazón a la luz y no le tenga miedo. (Misa por la Educación, 2009).
  6. No temer. La educación entraña la tarea de promover libertades responsables, que opten en esa encrucijada con sentido e inteligencia. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2005).
  7. Competencias profesionales. El espíritu es importante, pero también lo es la competencia profesional, para ofrecer a nuestra comunidad lo mejor de nosotros. (Inicio del Año Escolar, 2003).
  8. La escuela son los maestros. La escuela no son las paredes, los pizarrones y los libros de registro: son las personas, principalmente los maestros, quienes tendrán que desarrollar su capacidad de afecto y entrega para crear estos espacios humanos. (Inicio del Año Escolar, 2001).
  9. Enseñar con pasión, aprender con placer. Solo quien vive en el bien —que es justicia, paciencia, respeto por la diferencia en el quehacer docente— puede aspirar a modelar el corazón de las personas que le han sido confiadas. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2008).
  10. El educador que se hace prójimo. El educador que “enseña” a no tener miedo en la búsqueda de la verdad es, en definitiva, un maestro, testigo de cómo se camina, compañero de ruta, cercano, alguien que se hace prójimo. (Mensaje a las Comunidades Educativas, 2008).

Tengamos en cuenta nosotros las palabras de Dolores Sopeña acerca de, como docentes, “ser instrumentos en manos de Dios”, colaboradores en la construcción de un mundo más justo, del Reino de Dios, una vez que ya nos hemos dejado modelar al estilo de Jesús.

“Nunca es tarde para volverse una obra maestra, para dejarse re-plasmar por el Maestro”.