Hablar hoy de Dolores Sopeña es hablar de una mujer que supo adelantarse a su tiempo.
Su vida nos recuerda algo esencial: todos, absolutamente todos, estamos llamados a la santidad. Y no se trata de algo extraordinario, sino de vivir cada día con amor, con esperanza y con compromiso hacia los demás. Esa es la enseñanza principal para nosotras, sus hijas, las Catequistas Sopeña.
Dolores entendió que seguir a Cristo era abrirse al mundo, salir al encuentro del otro, especialmente del que más sufre o se siente excluido, y llegar cada vez más lejos.
Dedicó su vida a acompañar, enseñar y tender la mano en forma de oportunidades a quienes no las tenían.
La época que le tocó vivir era un mundo dividido por clases y prejuicios, pero ella apostó por la fraternidad, por construir puentes, por mirar al otro como un/a hermano/a, porque todos los hombres y todas las mujeres merecen vivir con dignidad.
Su mensaje es sencillo pero revolucionario: la fe se demuestra sirviendo, como revela también su espiritualidad ignaciana.
Su mensaje sigue siendo profundamente actual y continúa siendo referente. En una sociedad marcada por la prisa, la indiferencia y el individualismo, Dolores Sopeña nos invita a mirar con compasión, a interesarnos sinceramente por quienes tenemos cerca, a comprometernos en la construcción de un mundo más justo y humano.
Porque la fe, cuando es auténtica, se nota en las obras, en el modo en que tratamos a los demás. Es profundamente transformadora.
La Iglesia la reconoce como Beata, como alguien que vivió el Evangelio con radicalidad y que ahora intercede por nosotros.
Su vida es un testimonio que inspira. Podemos acudir a ella no solo para pedir favores, sino para aprender a vivir con esa alegría y entrega que brotan de quien confía plenamente en Dios.
Dolores Sopeña sigue siendo, hoy más que nunca, un referente de vida cristiana: cercana, comprometida y llena de esperanza.
Una mujer que nos enseña que la santidad no está reservada a unos pocos, sino que puede hacerse realidad en lo cotidiano, en el trabajo, en la familia, en cada gesto de amor y servicio.
*(La imagen de Dolores Sopeña ha sido generada por IA)





















