La Eucaristía una expresión de amor máximo para las Catequistas Sopeña

¿Cómo vivimos la Eucaristía?

Ya el Papa Francisco ha puntualizado en varias ocasiones la relación que tiene la Eucaristía con nuestra vida. «Quien celebra la Eucaristía, no lo hace porque sea mejor que los demás, sino porque se reconoce necesitado de la misericordia de Dios». “La Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos y hechos de Jesús. Es obra y don de Cristo que sale a nuestro encuentro y nos alimenta con su Palabra y su vida”

Del mismo modo, las palabras de Juan Pablo II nos dicen que: “Todos los cristianos tenemos en la Eucaristía el alimento para nuestro camino. En ella el Señor nos comunica su propia vida y por ella Él nos pone en comunión con Dios y en comunión con todos nosotros”.

Para nuestra Beata Dolores Sopeña, la Eucaristía era el centro de su vida. Dialogaba con Jesús a lo largo de toda la jornada, descubriéndolo presente en todo y en todos, pasando largos ratos ante el sagrario. Su prácticas diarias como la misa diaria, las visitas al Santísimo, la Hora Santa, delataban en ella esa especial devoción eucarística en la que percibía como una expresión de amor inmenso.

Las Catequistas Sopeña, a través de la Eucaristía, encontramos la presencia viva del Señor, donde establecemos un vínculo especial con Jesús, una relación cercana y personal como así lo sentía nuestra querida Dolores Sopeña.

A través de la Liturgia Eucarística, encontramos un destello de luz, la fortaleza que necesitamos en momentos de flaqueza y el consuelo en momentos de tristeza.  Es el estímulo y motor de nuestras vidas, que nos ayuda a construir un mundo mejor, donde el amor fraterno se hace presente.

La Eucaristía es nuestra gran ayuda para “Hacer de todos una sola familia en Cristo”.

Celebración de los votos perpetuos de nuestras Catequistas Sopeña

El pasado 10 de mayo, hicieron sus votos perpetuos las Catequistas Sopeña Mª Elena García en la Ciudad de México y Mª Elena Arenas en Santiago de Chile. Así mismo, el día 27 de Abril, también celebró sus votos Mercedes García en la capital de Ecuador.

Los votos perpetuos de nuestras Catequistas Sopeña

Los votos perpetuos son el punto de llegada de un largo proceso de formación que se prolonga por más diez años. Durante ese tiempo, la joven va conociendo las máximas del Instituto Catequista Dolores Sopeña e interioriza su espiritualidad y misión. Son una forma de simbolizar la incorporación definitiva de la religiosa a la Institución. La vocación religiosa se concibe como una respuesta al amor y una manera de comprender que hemos nacido para amar y que el amor tiene muchos canales y caminos por los cuales se puede caminar y vivir esta realidad.

Durante estos años las Catequistas Sopeña se preparan para la consagración religiosa y perpetúan su fidelidad al Señor, dando servicio a los más necesitados y desfavorecidos para ayudarles a vivir con la dignidad que les corresponde como hijos de Dios.

Especialmente proclaman el Evangelio entre los que no aman a Dios porque no le conocen, con el deseo de hacer realidad la aspiración de nuestra fundadora, Dolores Sopeña: “Hacer de todos una sola familia en Cristo Jesús”.

Del mismo modo, es tiempo de preparación, tanto civil como religiosa, y de una intensa experiencia apostólica, de modo que nuestras hermanas puedan prestar un servicio eficaz en la promoción y evangelización de la familia trabajadora. Este tiempo sirve para la reflexión de asumir el compromiso definitivo para acceder a una vida espiritual plena.

Gracias a los familiares, amigos, colaboradores y miembros de la extensa Familia Sopeña, hemos vivido días muy especiales con grandes momentos de alegría que hoy ya han quedado en nuestra memoria, como bonitos recuerdos.