Las dificultades y el dolor que está suponiendo en todo el mundo este tiempo de pandemia por COVID 19 nos reclaman fe y acción a partes iguales para saber comunicar amor y esperanza y ejercitar la solidaridad.
En este blog, que pretende ser un alimento para el espíritu, queremos recuperar una reflexión de Gabriela Herrera, Catequista Sopeña en la Comunidad de Santiago en Chile.
Es un mensaje de amor y esperanza para que, como decía el Papa Francisco evitemos rumiar la desolación, y nos empleemos en enfrentar juntos la realidad que tenemos y nos alentemos unos a otros, como en las buenas familias.
El mensaje de Gabriela Herrera era una invitación para reflexionar sobre el tiempo de Resurrección, pero que sigue plenamente vigente por la permanencia y recrudecimiento de los problemas que para tantas personas está provocando la pandemia.
Nos invita a enfrentar este tiempo con gestos concretos, actitudes reales y signos visibles y no a lamentarnos.
No es un tiempo de indiferencia, egoísmo, división u olvido. Es un tiempo de esperanza y de mirar con realismo a la cantidad de personas y de familias que están en situación de necesidad.
Nos apremia a armonizar fe y acción a través de obras de misericordia corporales como dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, a vestir al desnudo, a acoger al migrante, a visitar a los presos y a los enfermos, a enterrar a los muertos…
Y mediante obras de misericordia espirituales como dar consejo a quien lo pide, escuchar a quien lo necesita, enseñar al que no sabe, ayudar a reconocer errores, consolar al triste, tratar bien al prójimo y perdonar las ofensas.
Como decíamos al principio y como nos recuerda el Papa Francisco, tenemos una excelente oportunidad de comunicar amor y esperanza.
Podéis ver en este enlace la conversación y reflexión completa.
https://www.facebook.com/gonzalo.quintana.963434/videos/665378030704210/?t=1