LA BIBLIA: MANUAL PARA LA FE Y LA VIDA

Volver siempre nuestra vista a la Biblia, como conjunto de libros escritos por hombres e inspirados por Dios, es la mejor celebración del Día del Libro para un cristiano.

La lectura de las Sagradas Escrituras, como manual de vida y de fe, como transmisor divino de la Buena Nueva, nos da la fuerza para transformar nuestro corazón. Sin la Biblia, nuestra misión como Catequistas Sopeña es difícil de imaginar.

En palabras del Papa Francisco, es necesario que, a diario, en soledad, en familia o comunidad, encontremos tiempo para leer y reflexionar y obtener la fuerza y la inspiración para vivir como verdaderos cristianos y catequistas.

En esos libros, que fueron escritos a lo largo de más de 1000 años, está la sabiduría de la Palabra de Dios. Compartirlos y anunciarlos, con nuestra actitud y nuestra forma de expresarnos y desenvolvernos, es dar testimonio de nuestra fidelidad y nuestro compromiso hacia Él y hacia nuestros hermanos.

Según el Papa Francisco, leer y asimilar las palabras y los mensajes contenidos en los Evangelios nos aportaría la luz necesaria para saber cómo afrontar nuestra vida, alejaría miedos e inseguridades y nos haría más fieles a nuestro ser como cristianos.

Todos sabemos del poder transformador de los libros, pero en el caso de la Biblia, se da un punto mucho más grande a su favor. Un cristiano no puede vivir sin las Sagradas Escrituras, pues se trata del mejor instrumento para conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos como fieles seguidores de Jesús.

La Conferencia Episcopal nos facilita esa tarea y pone a nuestra disposición un calendario con el Evangelio del Día, donde podemos leerlo y oír la Palabra de Dios.

Leyendo la Biblia

Leer los evangelios no es entretenerse como cuando se lee una novela. Su lectura sosegada y consciente invita a la meditación, a la reflexión acerca de hasta dónde calan esas palabras.

De esa manera nos servirá como examen de conciencia y como fuente de luz en nuestra vida.

Cada año se venden cien millones de ejemplares de la Biblia, que ha sido traducida a más de 2.000 idiomas, pero ¿cuántos cristianos hemos leído el Evangelio?

UN PASO MÁS PARA EL CAPÍTULO GENERAL

Las Catequistas Sopeña hemos celebrado estos días los Capítulos de las provincias de América y España, un paso más en la preparación de nuestro XXI Capítulo General, como privilegiado instrumento de renovación del Instituto Catequista Dolores Sopeña.

Bajo la cita “Renacer a una vida nueva en espíritu de esperanza” (cf. 2Cor 5,17), el acontecimiento tendrá lugar en Loyola (Guipúzcoa), a partir de la segunda quincena del próximo mes de julio.

El Capítulo Provincial de América se celebró en la ciudad ecuatoriana de Quito, en el seno de nuestra Comunidad, y se inició con una jornada de reflexión y oración, apoyada y orientada por el P. Paulo Valencia SJ, quien abordó el discernimiento ignaciano, concretamente el discernimiento en grupo.

Las hermanas destinadas en los países de América donde el Instituto Catequista Dolores Sopeña tiene comunidad también tuvieron ocasión de participar en la reflexión dirigida por el P. Carlos Man Ging SJ, en torno a “La espiritualidad y la resiliencia”, que las dejó un mensaje de esperanza en el futuro.

Durante los cinco días que duró la reunión capitular se conocieron detalles de las Memorias Comunitaria y Apostólica, sobre los datos recabados de estos últimos seis años; y se trabajaron las nuevas propuestas a las consultas realizadas desde el Consejo General.

Además de la reflexión sobre asuntos muy importantes de la Provincia, la cita sirvió también para elegir a las tres delegadas que viajarán a España para participar en la reunión general.

Por su parte, el Capítulo Provincial en España se realizó en la localidad segoviana de El Espinar, próxima a Madrid, con la presencia de 23 catequistas.

Como en América, en España también se comenzó con un día de retiro, con el acompañamiento del P. Luis Alberto Gonzalo, claretiano.

La siguiente jornada contó con la participación de miembros del Movimiento de Laicos Sopeña, siguiendo la intuición y el Carisma de Dolores Sopeña, que desde su concepción del Instituto Catequista optó por la importancia de la misión compartida.

Tras la puesta en común de los distintos tipos de informaciones por áreas, las catequistas asistentes eligieron democráticamente a las cinco delegadas que acudirán en verano al Capítulo General.

Este momento, clave para un Instituto como el nuestro, no es solamente un asunto privado. Se trata, más bien, de un acontecimiento de la Iglesia en su conjunto. Por nuestro lado, como una oportunidad para tomar conciencia de nuestros vínculos con la Iglesia; y por el lado de la Comunidad, por las aportaciones que hacemos desde la sensibilidad Sopeña y nuestra misión.