LA EUCARISTÍA, EXPRESIÓN DE AMOR MÁXIMO

“La fortaleza que se recibe al pie del Sagrario no se parece a nada…” Dolores Sopeña.

Para Dolores Sopeña, el centro de su vida estaba en la Eucaristía. Eran varios momentos a lo largo del día que ella aprovechaba a dialogar con Jesús, ante el sagrario, descubriéndolo presente en todas las personas y en todo objeto y circunstancia.

La misa diaria, las visitas al Santísimo o la Hora Santa, eran prácticas diarias que revelaban en Dolores Sopeña una gran devoción eucarística.

Su espiritualidad tiene profundas raíces teológicas y eclesiales y cuatro notas características: cristocéntrica, eucarística, mariana e ignaciana.

La espiritualidad eucarística es un rasgo particularmente relevante para el Carisma Sopeña y delata que la misa en comunidad y los tiempos diarios de adoración alimentan la vida interior de las Catequistas Sopeña y su entrega incondicional a la Misión encomendada por la madre fundadora, hacia el apostolado con los más desfavorecidos, vulnerables y alejados de Dios.

La Eucaristía es una expresión de amor máximo para las Catequistas Sopeña, que encuentran ahí la presencia viva del Señor y la fortaleza necesaria en momentos de flaqueza y de consuelo en tiempos de tristeza.

Eucaristía DS

El Papa Francisco se ha pronunciado en numerosas ocasiones sobre la relación que tiene la Eucaristía con nuestras vidas: “Quien celebra la Eucaristía, no lo hace porque sea mejor que los demás, sino porque se reconoce necesitado de la misericordia de Dios”.

Del mismo modo, san Juan Pablo II expresaba que “todos los cristianos tenemos en la Eucaristía el alimento para nuestro camino”.

 

LA IMPORTANCIA DE ENTENDER EL CUIDADO MUTUO

Las Superioras de las Comunidades del Instituto Catequista Dolores Sopeña, en Cuba, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia, en América, y en España, han celebrado una reunión en El Espinar con el doble objetivo de avanzar en asuntos internos y formarse en la cultura del Cuidado y el Buen Trato.

Con el foco puesto en las personas, el grupo, que también incorporaba al Consejo General, encabezado por la Superiora General, Miryam Ávila, ha abordado la importancia de generar, en el entorno de las comunidades religiosas, una cultura del cuidado mutuo que supongo una mayor y mejor vinculación entre sus integrantes y de fortalecer el sentimiento de comunidad fraterna.

Abordar este renovado concepto del cuidado de las personas de nuestro entorno, responde a la llamada de la Iglesia y del propio Papa Francisco hacia esa sensibilidad, basada también en la declaración vaticana Dignitas infinita sobre la dignidad humana, para mostrar cómo la dignidad de todos los seres humanos va más allá de todas las apariencias externas o características de la vida concreta de las personas; o en la encíclica Fratelli Tutti, en la que se subraya con particular insistencia que esta dignidad existe “más allá de toda circunstancia”, invitando a todos a defenderla.

La formación sobre la Cultura del Cuidado y del Buen Trato corrió a cargo de Lola Arrieta y Covadonga Orejas, del Euipo Ruaj, que tiene como misión el acompañamiento espiritual en la vida diaria, su práctica y la formación para el mismo.

trabajando cuidado

Por otra parte, el encuentro de Superioras en la localidad segoviana de El Espinar se centró también en asuntos internos como la presentación y análisis de documentos tan importantes de la vida del Instituto Catequista como de la propia Fundación Dolores Sopeña, su principal obra apostólica, como el Plan de Pastoral para el periodo 2024-2027, que tiene como objetivo dar a conocer a Jesús y su proyecto de vida desde la mirada y valores de Dolores Sopeña.