UN NUEVO PAPA Y LOS LEONES INSPIRADORES

Tanto católicos como no católicos siguieron atentos la chimenea instalada en la Capilla Sixtina durante las cuatro votaciones que realizaron los cardenales para elegir a León XIV, anteriormente Cardenal Robert Prevost (hace ahora poco más de un mes).

Lo primero que apareció era su nacionalidad estadounidense, que pronto se complementó con su servicio pastoral realizado principalmente en Perú, donde su querida diócesis de Chiclayo tuvo una mención especial en su primer saludo desde el balcón que da a la Plaza de San Pedro. 

Luego nos habría de marcar su nombre de Pontífice, León XIV. Aunque en el reino animal el león representa reinado, violencia y depredación, en la Iglesia este nombre tiene una connotación diferente.

Se pueden relacionar algunos “leones” de la Iglesia con el nuevo Papa: El mismo Prevost al dirigirse por primera vez al colegio cardenalicio reafirmó lo que la mayoría de nosotros pensaba “Hay varias razones, pero la principal es porque el Papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial”. 

Otro personaje con este nombre es Fray León, compañero de San Francisco de Asís quien, además de acompañarlo en su misión, documentó posteriormente sus experiencias para perpetuar el carisma franciscano. Del mismo modo, podemos ver al nuevo Papa como un buen compañero de su antecesor, tal como los hermanos franciscanos, lo que se refleja desde su trabajo en la curia romana y sus primeros discursos públicos.  

También en el Carisma de Dolores Sopeña podemos ver puntos de encuentro con estos leones que inspiran al nuevo Pontífice.

De hecho, es en el tiempo de León XIII que surgirá primero la Asociación Apostólica de Laicos y luego el Instituto Catequista Dolores Sopeña y su espiritualidad dialoga profundamente con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, principalmente desde la promoción de la persona, tanto desde lo espiritual como de lo material;  también con un valor que era clave para Dolores, salir al encuentro del hermano, de la hermana más necesitada, lo que el Papa Francisco llamó la cultura del encuentro.

Oremos por el Papa León XIV para que pueda continuar el camino de Francisco de acogida, misericordia y fraternidad, que promovemos comprometidamente desde la Corporación Dolores Sopeña, en un mundo donde la agresividad, el individualismo y la cultura del descarte ponen en riesgo la dignidad y la vida de tantas personas.  

Post publicado en el blog de Sopeña Santiago (Corporación Dolores Sopeña en Chile).

NUESTRA PASIÓN: DAR A CONOCER A DIOS

Hace unos años que el Instituto Catequista Dolores Sopeña celebró el centenario del fallecimiento de nuestra madre fundadora.

Para aquella fecha tan señalada, con la ayuda de la revista Vida Nueva, elaboramos una publicación que hablaba sobre nosotras como Misioneras en medio del mundo y cuál es nuestra pasión.

Entre otros muchos textos, Asunción Domínguez, Catequista Sopeña, entonces en México y ahora en Rosario (Argentina), nos ofreció su testimonio sobre el apostolado y la evangelización.

Un testimonio que ahora os dejamos íntegro por aquí:

“Para Dolores Sopeña su gran pasión era ‘dar a conocer a Dios’. Desde muy joven dice: ‘Esta es mi vocación’ y sostiene que algunas personas ‘no aman a Dios porque no le conocen’. De igual modo, para las Catequistas Sopeña, dar a conocer a Dios es nuestra razón de ser.

Cuando Dolores Sopeña sueña el Instituto Catequista, escribe: ‘Vi levantarse un plantel de misioneras dispuestas a ir por todos los confines de la tierra, enseñando su Doctrina Celestial hasta los rincones más apartados del mundo, donde la luz del Evangelio no haya penetrado aún’. Sentimos la llamada a anunciar el Evangelio a toda la creación, lo que implica una invitación a ir siempre más allá, a la ‘otra orilla’, en nuestro caso, a los más alejados de Dios, más allá de las fronteras de la Iglesia.

 

Pasión Catequistas

Las Acciones Pastorales Sopeña (APS) son un espacio de acción específico del Carisma Sopeña. Abarcan todas aquellas iniciativas orientadas a la evangelización directa y se concretan en cada lugar, como respuesta a las necesidades y características de las personas, grupos y comunidades, de ahí su gran diversificación y pluralidad: colaboración en la pastoral diocesana, trabajo parroquial, misiones esporádicas y permanentes, ejercicios espirituales, trabajo en barrios, formación, retiros, casas de retiros, cárceles. Las APS siguen las fases propias de la evangelización y tienen una metodología específica que nos garantiza acompañar procesos.

En esta misión, las Catequistas Sopeña nunca vamos solas, es un rasgo carismático motivar a otros y compartir juntos fe y vida”.

CON DIOS TODO, SOLOS NADA

 
Los pasados días entre el 5 y el 10 de abril vivimos en Ecuador los dos retiros de personas jóvenes y adultas de las OMP (Obras Misionales Pontificias) de Guayaquil, en nuestra Comunidad Sopeña de Quito.
 
Para las Catequistas Sopeña participantes, fueron días de encuentro, reflexión y profunda experiencia del Amor de Dios Padre Misericordioso, bajo el carisma de Dolores Sopeña, que sigue inspirando nuestros pasos.
 
Estamos agradecidas al Señor y a todas las personas que formaron parte de esta cita, ¡Dios sigue obrando en los corazones!
 

HACER ECO DEL EVANGELIO

El Equipo de Pastoral de la Fundación Dolores Sopeña, formada por Catequistas y agentes de Pastoral de los Centros Sopeña, ha celebrado un encuentro formativo y de evaluación en la localidad segoviana de El Espinar.

La primera mañana comenzó con una oración presentada mediante Godly Play, un medio de dirección espiritual y descubrimiento basado en principios del método Montessori y el culto cristiano. 

Unos vasos y una jarra de agua compartidos dieron pie de forma simbólica a la reflexión grupal sobre la cuestión de qué es lo que nos quita a cada uno de nosotros y nosotras la sed.

Jorge Sierra, hermano de La Salle, ofreció una formación sobre qué es y qué significa la Pastoral en los centros educativos y la importancia de transmitir la propia identidad en las aulas, a través de nuestro Carácter Propio, que no es más que el anuncio del Evangelio.

eco pastoral

En este sentido, Jorge Sierra ha guiado al grupo sobre la forma de abordar la pastoral con niños, niñas y personas jóvenes y cómo adaptarse a su lenguaje y a su modo de ver ahora la vida y así, ayudarles a implicarse en la vida de la Iglesia.

Para llegar a ellos/as y para que se sientan parte de la Iglesia debemos ser eco, resonar, y hacerles llegar los mensajes contenidos en el Evangelio.

Por otra parte, la oración del viernes invitó a los agentes de la Pastoral Sopeña a caer en la cuenta de cómo el Señor está en lugares que no nos habíamos percatado por las prisas y los trajines de la vida.

“El Señor está en este lugar y yo no lo sabía” viene a despertar a la certeza de que Dios nos acompaña siempre y acompaña toda esta labor de Pastoral de nuestros Centros Sopeña en España y en el mundo.

eco centros

Es nuestro trabajo estar abiertos y atentos a su presencia en los pequeños detalles del día a día.

Tras la oración y las reflexiones vino la evaluación de lo que está siendo la Pastoral durante este curso 24-25, poniendo el foco de forma especial en la implantación del nuevo Plan de Pastoral a seis años.

Para finalizar este encuentro fraterno, Miryam Ávila, superiora del Instituto Catequista Dolores Sopeña, y Alfonso Muruve, sacerdote en Sopeña Sevilla, realizaron un envío recordándonos que como Familia Sopeña somos agentes, vamos y hablamos en nombre de Dios y debemos ser eco del Evangelio.

VIVIENDO LA PASCUA

Con la Cuaresma nos encontramos en un tiempo de preparación para la Pascua. Por eso, para los cristianos significa tiempo de cambio para ser mejores y vivir como hijos e hijas de Dios.

Este período litúrgico nos invita a encontrar el camino hacia Jesucristo, a reflexionar sobre todo lo hecho a lo largo de este año, dar un giro de ciento ochenta grados, si es necesario, para buscar a Dios y entrar en comunión.

Es un tiempo de conversión espiritual y de preparación hacia la Pascua de Resurrección, que es el encuentro con el Resucitado, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado y donde seguimos el ejemplo del Señor a través de la oración, el ayuno y la ayuda a los que más lo necesitan.

La Pascua es la fiesta de la alegría porque es el paso de la muerte a la vida que lleva al perdón y a la reconciliación fraternal, desechando todo lo malo y proclamando el verdadero amor a Dios.

Es la festividad de la Resurrección, que en el Instituto Catequista Dolores Sopeña y en la Familia Sopeña preparamos con mucha emoción en tiempo de Cuaresma, donde la oración se convierte en el motor más fuerte, induciéndonos a la conversión interior y estimulándonos para seguir haciendo buenas obras por Dios y por las personas cercanas y lejanas en situaciones desfavorecidas y con dificultades.

¡La oración es nuestra más preciada fuerza a lo largo de estos días para experimentar el amor a Dios y comunicarle todo nuestro amor para celebrar con alegría y júbilo la derrota de la muerte causada por el pecado!

 

CREER EN LA ESPERANZA

La celebración del Miércoles de Ceniza nos abre la puerta al tiempo de Cuaresma que, a su vez, culminará en la muerte y resurrección de Jesús. Se nos abre también con una llamada a la esperanza.

“Conviértete y cree en la esperanza” nos dice el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, en su carta cuaresmal, en la que nos invita a renovar nuestra fe, construir fraternidad frente a la polarización y a volver comprometernos cada uno de nosotros y nosotras en la misión evangelizadora.

Nos recuerda además que la esperanza “se alimenta del perdón, la reconciliación y las relaciones basadas en el amor y en la justicia”.

Todo ello convierte este tiempo de Cuaresma que ahora se inicia en un tiempo favorable para “soltar las cargas del desánimo y abrirnos a la alegría del Bautismo”, que nos hizo y nos hace discípulos y misioneros.

José Cobo Cano recuerda en su texto la necesidad de salir de nuestros pequeños espacios de comodidad, de egoísmo, de polarizaciones y abrazar la propuesta “que Cristo hace a su Iglesia para ser sal de una Esperanza que no defrauda y dar testimonio coral de ella mediante una vida comunitaria fraternal”.

Nos advierte de una serie de pecados que nos van a impedir llegar a esa Esperanza viva, como confundirla con el optimismo vacío, evitar la vocación y el compromiso por egoísmo, la tristeza individualista, la violencia y el enfrentamiento o dejar de soñar “según Dios”.

Roguemos a Dios para que nos ilumine y nos deje reconocer en estos días preparatorios de la alegría de la Pascua el pesimismo, el desánimo y la desesperanza que nos abruman.

tiempo de esperanza

Además, en la carta pastoral del Cardenal Arzobispo de Madrid se nos ofrecen tres caminos para vivir la conversión de este tiempo de Cuaresma en el entorno de nuestras familias y de nuestras comunidades.

1.- Renovemos nuestro bautismo. Aprovechemos este tiempo de Cuaresma para, domingo tras domingo, ahondar en la experiencia bautismal e irla desgranando con “herramientas” como la oración y la reflexión o sesiones de catequesis y retiros.

2.- Pongámonos a los pies de los crucificados de nuestros entornos. Esta Cuaresma puede ser un momento especial para el servicio a los demás. Intensifiquemos nuestras visitas a personas enfermas, a personas mayores que sufren soledad no deseada, a personas con necesidades materiales o espirituales, intensifiquemos también nuestra capacidad de escucha y la empatía necesaria para atender con cariño.

3.- Hagamos de nuestros espacios de Iglesia lugares para el encuentro. Necesitamos en la Iglesia espacios de encuentro y contraste, especialmente en los que se visibilicen la pluralidad y la comunión.

Esto es especialmente importante para nuestra comunidad de Familia Sopeña que ya se prodiga con el lema Pastoral de este curso “Sopeña Lugar de Encuentro”, precisamente con ese objetivo de unir lo disperso y lo diferente y practicar la mesa compartida.

LLEGAR CADA VEZ MÁS LEJOS

Un grupo de Catequistas Sopeña, desde el área de Pastoral Vocacional, motivadas por el deseo de dar a conocer el Carisma Sopeña en otros ambientes, lejos de donde somos conocidas y con el objetivo de “Promover la vida como vocación”, emprende un Proyecto Misionero en la provincia del Azuay (Ecuador).

Inspirada siempre por nuestra Madre Fundadora, esta Misión atiende a alrededor de 300 personas, entre jóvenes estudiantes, padres y madres de familia y catequistas, de tres lugares distintos.

La experiencia de acogida ha sido fantástica, especialmente a través de los talleres impartidos.

El grupo de Catequistas Sopeña implicadas han destacado su percepción de una gran necesidad de compartir experiencias y momentos que fortalezcan tanto el crecimiento personal como el crecimiento en la fe.

Por su parte, la comunidad de jóvenes estudiantes, pertenecientes a la escuela de secundaria Remigio Crespo Toral expresaron su satisfacción por la visita y las experiencias compartidas con la Familia Sopeña.

Las sesiones motivadoras de las Catequistas Sopeña “han creado espacios para que nuestros estudiantes aprendan el poder de la conexión humana”, incluso con personas que están lejos, publicaron agradecidos en sus redes sociales.

“Los lazos de amistad en la infancia y adolescencia fortalecen empatía, valores y habilidades sociales clave para su bienestar”, reconocieron desde la escuela.

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2025

Las Catequistas Sopeña, el Consejo General del Instituto Catequista Dolores Sopeña, y cuantos forman parte de la Familia Sopeña en misión compartida desde cualquier parte del mundo, os deseamos una Navidad generosa y alegre.

El amor que se siembra con generosidad y sin distinción transforma los corazones.

¡Feliz Navidad y que el año 2025 venga lleno de buenos propósitos y corazones generosos dispuestos a dar y repartir amor!

Felicitación Navidad completa

 

LA IMPORTANCIA DE ENTENDER EL CUIDADO MUTUO

Las Superioras de las Comunidades del Instituto Catequista Dolores Sopeña, en Cuba, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia, en América, y en España, han celebrado una reunión en El Espinar con el doble objetivo de avanzar en asuntos internos y formarse en la cultura del Cuidado y el Buen Trato.

Con el foco puesto en las personas, el grupo, que también incorporaba al Consejo General, encabezado por la Superiora General, Miryam Ávila, ha abordado la importancia de generar, en el entorno de las comunidades religiosas, una cultura del cuidado mutuo que supongo una mayor y mejor vinculación entre sus integrantes y de fortalecer el sentimiento de comunidad fraterna.

Abordar este renovado concepto del cuidado de las personas de nuestro entorno, responde a la llamada de la Iglesia y del propio Papa Francisco hacia esa sensibilidad, basada también en la declaración vaticana Dignitas infinita sobre la dignidad humana, para mostrar cómo la dignidad de todos los seres humanos va más allá de todas las apariencias externas o características de la vida concreta de las personas; o en la encíclica Fratelli Tutti, en la que se subraya con particular insistencia que esta dignidad existe “más allá de toda circunstancia”, invitando a todos a defenderla.

La formación sobre la Cultura del Cuidado y del Buen Trato corrió a cargo de Lola Arrieta y Covadonga Orejas, del Euipo Ruaj, que tiene como misión el acompañamiento espiritual en la vida diaria, su práctica y la formación para el mismo.

trabajando cuidado

Por otra parte, el encuentro de Superioras en la localidad segoviana de El Espinar se centró también en asuntos internos como la presentación y análisis de documentos tan importantes de la vida del Instituto Catequista como de la propia Fundación Dolores Sopeña, su principal obra apostólica, como el Plan de Pastoral para el periodo 2024-2027, que tiene como objetivo dar a conocer a Jesús y su proyecto de vida desde la mirada y valores de Dolores Sopeña.

 

¡QUÉ ENCUENTRO TAN ESPECIAL!

El XXXIV Encuentro de Laicos, Laicas y Catequistas Sopeña que hemos celebrado hace días en Badajoz ha sido un encuentro muy especial, un reencuentro de una familia que comparte raíces, inspiración, Padre y Madre y, sobre todo una misión común, el legado de esa mujer excepcional, pero a la vez muy real y normal que es Dolores Sopeña: Hacer de todos los hombres una familia en Cristo Jesús.

Aquí, os dejamos un vídeo en el que os compartimos algunos testimonios de participantes en este Encuentro que nos revelan qué esperaban de la cita en Badajoz, cómo se sentían esos días, cómo se sentían de intervenir en el mismo, qué querían llevarse y, finalmente, qué sienten que se llevan.

La gratitud al equipo de Laicas y Laicos Sopeña de Sopeña Badajoz por la acogida de corazón y brazos abiertos, llena de la alegría confiada que nos anima a proseguir en misión compartida.