¡CLARO QUE HABRÁ NAVIDAD!

Estos días de dolor e incertidumbre compartida, oímos muchas veces que “hay que salvar la Navidad” o “no habrá Navidades”.

Pero, como otras muchas cosas que conocemos por internet, estos días ha recorrido las redes sociales el poema del párroco de San Lorenzo en Pamplona, Javier Leoz.

Este poema llegó a manos del Papa Francisco quien, conmovido, sorprendió al sacerdote navarro con una llamada telefónica para agradecerle “su inspiración y la acertada premonición sobre la Navidad de este año, más purificada, más de verdad”.

¿QUÉ NO HABRÁ NAVIDAD?

¡Claro que sí!

Más silenciosa y con más profundidad

Más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad.

Sin muchas luces en la tierra

pero con la de la estrella de Belén

destellando rutas de vida en su inmensidad

Sin cortejos reales colosales

pero con la humildad de sentirnos

pastores y zagales buscando la Verdad.

Sin grandes mesas y con amargas ausencias

pero con la presencia de un Dios que todo lo llenará

¿QUÉ NO HABRÁ NAVIDAD?

¡Claro que sí!

Sin las calles a rebosar

pero con el corazón enardecido

por el que está por llegar

Sin ruidos ni verbenas,

reclamos ni estampidas…

pero viviendo el Misterio sin miedo

al «covid-herodes» que pretende

quitarnos hasta el sueño de esperar.

Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro lado

y comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre,

nuestra pobreza, prueba, llanto, angustia y orfandad.

Habrá Navidad porque necesitamos

una luz divina en medio de tanta oscuridad.

Covid19 nunca podrá llegar al corazón ni al alma

de los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal

¡HABRÁ NAVIDAD!

¡CANTAREMOS VILLANCICOS!

¡DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!

APRENDER A ACOMPAÑAR: PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL

El equipo de Pastoral Juvenil Vocacional del Instituto Catequista Dolores Sopeña ha aprovechado estos días de Adviento para formarse con un Taller para acompañar a jóvenes católicos.

De la mano del sacerdote jesuita Francisco Cuartero, los responsables de Pastoral Juvenil Vocacional reflexionaron acerca de cómo ha de producirse y vivirse el acompañamiento: como un proceso que depende en gran parte de las disposiciones internas de los acompañantes.

Cuartero mencionó durante la formación, la importancia de la escucha y del diálogo y del respeto por la autonomía de las personas y sus procesos particulares.

A través de las anotaciones de los libros de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, el sacerdote jesuita insistió en que cada persona tiene un ritmo y su proceso recorre distintos caminos.

El Taller de Acompañamiento hace un repaso además sobre la acogida en desolación y consolación, así como de los criterios para saber interpretar las señales, las palabras y las emociones y sentimientos.

 Acompañar

Francisco Cuartero explicó que la orientación parte del corazón de los acompañantes, porque responde a actitudes propias, internas.

En su opinión, es importante aprender cómo vivir esas actitudes tanto para los acompañantes como para los acompañados.

Durante un proceso de acompañamiento de personas jóvenes que, puede que estén experimentando su vocación, es imprescindible generar confianza y esperanza, salir de sí mismos para garantizar una actitud abierta, dispuesta a recibir y a acoger al otro.

De esta manera, con ese equilibrio, la otra persona se siente confortable para hacer su propio camino, para conocerse, tomar decisiones, concediéndose el tiempo necesario.

Por parte de las Catequistas, además de la coordinadora del equipo, Pamela Gatica, participaron Mercedes García, María Elena García y Mane Arenas; mientras que por parte de los Laicos Sopeña lo hicieron Lourdes Martínez, Jon Ojanguren y Mónica Rodríguez.

Excelente esta forma de vivir el presente del Adviento, de cara a la Navidad, preparando el futuro que queremos en el Carisma Sopeña y en Misión Compartida.

UN ADVIENTO DIFERENTE

Las Catequistas Sopeña pensamos que con los cambios que estamos experimentando en el mundo, parece ser que el tiempo del Adviento, un momento recién iniciado, también va a ser diferente este año.

Pero puede ser diferente en las formas, que en muchos casos vienen marcadas por las restricciones impuestas por la COVID19, pero podemos vivirlo mucho mejor en el fondo, que es de lo que se trata.

Venimos pensando desde hace tiempo que todas estas dificultades que estamos viviendo, pudieran ser, por qué no, una señal inequívoca de la necesidad de parar, de detener el ritmo frenético, impostado, superficial y vacío, y mirar más hacia nosotros mismos, hacia nuestros prójimos y, por supuesto, hacia Dios.

Quizás se nos esté poniendo en bandeja una oportunidad preciosa de experimentar un tiempo de Adviento auténtico y diferente.

Se trata de vivirlo como lo que es: una época privilegiada para todos los cristianos durante la cual podemos emplearnos en recordar el pasado, vivir el presente y preparar un futuro.

Estas cuatro semanas anteriores a la Navidad deberían ser siempre tiempo de reflexionar sobre cómo ha sido nuestra vida y prepararnos con esperanza para vivir de nuevo el Nacimiento de Jesús.

Y, cómo no, olvidarnos de esas otras falsas Navidades que, seguramente, lo único que consigan es dejarnos un gran vacío personal y espiritual.

Si conseguimos, tras ese periodo de introspección y profundidad, salir reforzados y planificar una mejor versión de nosotros mismos, en relación a los demás y con Dios, habremos aprovechado el Adviento y estaremos dispuestos para hacer realidad el milagro de la Navidad.

Por aquí os compartimos recursos e información para vivir con consciencia el Adviento.

Adviento Calendario