CASA MUSEO: CORAZÓN DE LA CASA GENERALICIA

El museo de Dolores Sopeña, situado en el castizo barrio madrileño de Chamberí y un homenaje a toda la vida de la Beata, es el verdadero corazón de la Casa Generalicia.

Y, concretamente, su latido se oye con más intensidad en la capilla que alberga. Un espacio único, reacondicionado a partir de la habitación en la que falleció la madre fundadora del hoy Instituto Catequista que lleva su nombre.

Cientos de visitantes se acercan cada año desde muchos lugares de la ciudad, del país y del mundo para conocer, a través de sus imágenes y sus objetos personales, la vida de esta mujer extraordinaria. La motivación es bien distinta en cada persona, pero la experiencia no deja indiferente a nadie.

Durante un recorrido aproximado de 20 minutos, la visita nos acerca a una mujer de Dios y a su increíble carisma, que sigue vivo y vigente entre sus hijas, las Catequistas Sopeña; en las misiones, y en su principal obra apostólica, la Fundación Dolores Sopeña.

Cama en el Museo de Dolores Sopeña

La visita supone además un estupendo recorrido histórico y cultural, además de religioso. Los comentarios, alabanzas e, incluso, agradecimientos reflejados en el libro de visitas del Museo, así lo atestiguan.

Entre los visitantes del año pasado destaca un grupo de Toledo, que protagonizó la I Peregrinación Sopeña a la Casa Museo, con motivo de la conmemoración del Centenario de la muerte de la Beata, y un también numeroso grupo de Sopeña Santander.

Las instalaciones fueron renovadas para ofrecer hoy a los interesados un espacio luminoso y agradable, abierto todos los días de la semana de forma gratuita. Con previsión, la visita puede ser guiada por alguna de las Catequistas Sopeña, lo que supone un valor añadido al recorrido.

Objetos que acompañaron su vida, retratos en óleo, fotos de personalidades importantes que colaboraron en su día con el Instituto y la Fundación, todo rezuma pasión y entrega al Señor y da testimonio de su gran inquietud apostólica y su visión humanizadora del Evangelio, para dedicar su vida a servir a personas con menos oportunidades.

Si queréis concertar una visita al Museo podéis hacerlo a través de los teléfonos 91 446 89 94 y 91 447 59 46.

 

LA PALABRA DE DIOS EN MUCHOS ENVASES

El pasado sábado la Iglesia Católica celebró la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, centrada en el Padrenuestro, la oración de los hijos de Dios, especialmente de aquellos que sintieron la mirada de predilección y decidieron consagrar su vida a anunciarnos que Dios es Padre.

Esa fue la experiencia de Dolores Quesada, Lola, hermana del Instituto Catequista, quién, siguiendo el Carisma de Dolores Sopeña, fundadora de nuestra congregación, decidió acercar la palabra de Dios en muchos envases a los más alejados de la Iglesia.

Ahora en Madrid, donde continúa formándose, Lola ha querido compartir con los lectores de la renovada Revista Ecclesia, cómo llegó su vocación y cuáles son los retos que enfrenta en el presente y en un futuro no muy lejano la vida religiosa.

Cubana de nacimiento, reconoce que cuando conoció a las Catequistas Sopeña en Santiago de Cuba, “prácticamente no había oído hablar nunca de Dios”, pero cuando fue consciente de lo que le habían transmitido, supo que, ella a su vez, debía propagarlo.

Llevar la palabra de Dios

Le gustó inicialmente cómo las Catequistas Sopeña, inspiradas por el amor de su madre fundadora, eran capaces de sacar de cada persona lo mejor de sí misma. Y a esa misión se quiso sumar, a pesar de las dudas y dificultades de los inicios.

“Aunque tenía muchas ganas –explica- sentía que no estaba preparada, pero la Congregación y Dios me dieron fuerzas y me acompañaron en todo el proceso”.

Ahora, aporta también su opinión a la merma de vocaciones. Para Dolores Quesada es un problema la falta de apertura de la Vida Consagrada hacia el mundo de hoy. “Hace falta valentía, querer responder sin miedo a ese futuro emergente que nos espera a todos”.

La entrevista completa Lola Quesada puedes leerla aquí:

Lola Quesada en Revista Ecclesia