Nuestras comunidades de Catequistas Sopeña en Bogotá (Colombia) y en Quito, Riobamba y Guayaquil (Ecuador) han compartido ya en varias ocasiones los avances de la tecnología para unirse en celebraciones y oración.
Algo que se ha venido repitiendo también entre todas las personas que conformamos la Familia Sopeña en el mundo.
Esa, quizás, ha sido una de las consecuencias no tan negativas de esta pandemia que estamos sufriendo, con mayor o menor rigor, en todos los países del mundo.
Todos nos hemos tenido que actualizar y ponernos a aprender rápidamente sobre cómo comunicarnos y llevar a cabo hábitos importantes como son las celebraciones litúrgicas y las oraciones comunitarias.
Durante el pasado mes de mayo, las mencionadas comunidades de Bogotá, Quito, Riobamba y Guayaquil coincidieron de modo online para celebrar la Eucaristía y Vigilia de Pentecostés.
Acompañadas, eso sí, por laicos, colaboradores y amigos, con una participación muy activa, que reflejaba la acción del Espíritu Santo.
Se realizaron cinco momentos de oración, durante los cuales, se encendía una vela, como símbolo de recibir los dones que el Espíritu Santo derrama sobre cada uno de nosotros, como así los recibieron los primeros Apóstoles.
Se aprovechó para dar gracias a Dios, entre otras muchas cosas, por la posibilidad de contar con estas herramientas que nos permiten seguir compartiendo la fe, con la esperanza y la ilusión de seguir creando con el Señor.
También participaron en la Eucaristía y en la Vigilia Jóvenes Sopeña, de Guayaquil que recientemente acababan de retomar sus actividades de formación.
Son tres grupos que se reúnen de forma quincenal y que manifestaron en todo momento la alegría del reencuentro a través de la tecnología y de volver a recibir esta formación.
Sin embargo, también expresaron su deseo de poder regresar cuanto antes a la presencialidad, lo que, sin duda, las fortalecerá como grupo y les permitirá desarrollar las actividades de voluntariado y de misiones que tanta ilusión les producen.