Las Catequistas Sopeña y, en general, la Familia Sopeña repartida por todo el mundo volvemos a celebrar mañana, como cada 10 de enero, la Festividad de la Memoria Litúrgica de la Beata Dolores Sopeña, nuestra fundadora.
Esta ocasión nos sirve además de broche final de un Año Centenario, repleto de actos y celebraciones, y nos deja en los brazos de nuestro próximo Capítulo General, el vigésimo primero para nosotras, Misioneras en Medio del Mundo.
La fecha nos sirve para comenzar el año con alegría y motivación, tal y como comenzaba y mantenía cada proyecto nuestra fundadora. Con la confianza y la mirada puesta en Dios y la fortaleza de quien se sabe al servicio de quienes más sufren, de quienes menos tienen, de aquellos que más alejados están.
A lo largo de todo el mes de enero y parte de febrero, comunidades y centros de formación de su gran obra apostólica, y que hoy mantienen sus hijas: la Fundación Dolores Sopeña, honrarán con diversas actividades el Día de la Fundadora.
Misas, convivencias, comidas fraternas, representaciones teatrales, jornadas y carreras deportivas, yincanas, conferencias, concursos, visitas guiadas, con referencias a la vida de Dolores Sopeña, todo es poco para recordar que cada celebración es una bola de oxígeno, un impulso para reafirmarnos en nuestro trabajo, en continuar con nuestra misión.
El primer gran acto tendrá lugar en el Centro Sopeña de Toledo. Allí, en el jardín de la plaza de Virgen de Gracia, se plantará un olivo como símbolo del primer centenario de la muerte de Dolores Sopeña. Así mismo, habrá una misa solemne en Vélez Rubio, su pueblo natal.
Pasamos de un recordatorio, de una celebración por el trabajo bien hecho, no sin autocrítica, que no debe faltar; a una mirada optimista y renovada desde el trance que supone para la vida consagrada, ese momento de discernimiento y revelación de Dios que son los Capítulos Generales.
En todo caso, tomando como inspiradoras las palabras de Dolores “yo no puedo vivir sin proyectos”, afrontando todo con alegría, porque a ella le gustaban “los espíritus alegres”.