DEISSY INICIA EL POSTULANTADO EN LA COMUNIDAD DE BOGOTÁ

El pasado domingo 28 de agosto la joven aspirante Deissy Salcedo recibió la Plegaria a las Postulantes que nuestra Comunidad de Bogotá le cantó, como inicio del proceso de Postulantado en nuestro Instituto.

La Plegaria a las Postulantes es una invocación a la Virgen María para que acoja a esta nueva hija bajo su manto y, en ella, las Catequistas Sopeña expresan sus deseos de incorporar a esta nueva integrante a la Comunidad.

Deissy comunidad Bogotá

“El Postulantado es la preparación inicial a la Vida Consagrada. Durante el, la postulante va conociendo la vida espiritual y apostólica del Instituto a través de sus Constituciones, al mismo tiempo que este puede adquirir un conocimiento más completo de su intención, de su idoneidad para la vida religiosa y de sus aptitudes para nuestra especial vocación” (líneas de formación Sopeña).

Las Catequistas Sopeña agradecemos a Dios este nuevo paso que Deissy comienza a dar y le encomendamos todo su caminar.

Hoy en día, el reto de servir a la fe implica una formación profunda y experiencial.

Una formación progresiva de servicio a nuestros semejantes y de disponibilidad completa para la Misión desde nuestro Carisma, el Carisma Sopeña.

Se trata de un itinerario formativo paulatino y progresivo, acompañando nuestra relación con Dios, la convivencia en la Comunidad y la entrega al servicio de nuestra Misión.

Superada la primera etapa, la del Aspirantado, la etapa del Postulantado que inicia Deissy ahora en Bogotá se prolongará durante un periodo de seis meses en los que recibirá el apoyo necesario para continuar con su discernimiento vocacional.

En las cinco etapas de la formación que recibimos las Catequistas Sopeña, a continuación, vendría la etapa del Noviciado –una de las etapas clave-, la etapa del Juniorado y la Tercera Probación –se toma la decisión final de la consagración religiosa-.

Comunidad de Bogotá

NUESTRO CARISMA EN EL LOGOTIPO

El logotipo del Instituto Catequista Dolores Sopeña habla también de nuestro Carisma. Esa fue nuestra intención con la renovación de nuestra imagen institucional allá por el año 2016.

La identificación visual con los valores de las Catequistas Sopeña y de la Familia Sopeña en su conjunto fue un reto y una cuestión de vital importancia para nosotras.

La evidencia de una cruz griega simboliza la consagración religiosa, como congregación que somos.

Las Catequistas Sopeña vivimos un nuevo estilo de consagración basada en la presencia en medio del mundo y nos dedicamos a la promoción humana y a la evangelización de la familia trabajadora, especialmente en los sectores más alejados de la Iglesia.

Pero la cruz griega no es uniforme. Está formada por la confluencia de puntas de flecha, de diversos colores, que vienen a transmitir la unión de lo diverso y la misión fraternal que inspiró en cada momento de su vida a nuestra madre, Dolores Sopeña.

La fundadora tuvo siempre en su corazón el objetivo de “hacer de todos los hombres una familia en Cristo Jesús”, como el culmen de la fraternidad humana.

Sin fronteras geográficas, ni religiosas, ni ideológicas, trabajamos para hacer presente el amor de Dios en medio del mundo. 

Nuestra espiritualidad también está contenida en el anagrama, que muestra por ello un centro luminoso, Cristo y la Eucaristía como motor y centro de nuestra vida.

Además de la cristocéntrica y eucarística, tenemos espiritualidad mariana e ignaciana, basada en el servicio humanitario a las clases más desfavorecidas.

Las Catequistas Sopeña somos mujeres con vocación misionera formadas para “vivir a la intemperie”, allí donde estén los hombres y mujeres a quiénes hay que salir al encuentro, allí donde hay que anunciar el Evangelio.

Carisma en el logotipo

Esa vocación misionera también se trasluce en el logotipo, que marca con los brazos de la cruz griega caminos que se abren hacia los cuatro puntos cardinales, refrendando la idea de llegar y anticiparnos en los lugares donde más se nos necesita.

Nuestro lema “Misioneras en medio del mundo” habla de una presencia que no es solo testimonial, sino activa.

Hacemos una labor cualificada, cercana, escuchamos, respondemos a los problemas reales. Trabajamos animadas por un único deseo: colaborar para hacer realidad el proyecto de Dios en el mundo, a través de la situación particular de cada persona.

Si quieres conocernos más y sobre el proceso de Canonización de la Beata Dolores Sopeña, o te mueve el deseo de unirte a nosotras, te esperamos.

 

ESE DIOS QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO

La Pastoral Vocacional Intercongregacional de Colombia está difundiendo vídeos para dar a conocer los distintos Carismas de las congregaciones con presencia en la ciudad de Bogotá, porque “Dios sigue llamando a los jóvenes a comprometerse en la construcción del Reino”.

Ese es el caso de nuestro Instituto Catequista Dolores Sopeña, cuya Comunidad en la capital colombiana está precisamente celebrando sus 75 años de presencia y misión allí en el país sudamericano.

En la grabación, difundida a través de redes sociales, Mane Arenas confiesa a las jóvenes católicas en proceso de discernimiento que para las Catequistas Sopeña lo más importante, según manifestaba nuestra fundadora, es que nuestras actitudes reflejen día a día a “ese Dios que todos llevamos dentro”.

En un canal con más de dos mil seguidores, Mane Arenas explica cuál es el Carisma que vive y mueve a las Catequistas.

“Somos Catequistas, no porque demos Catequesis en las parroquias, si no, porque entendemos la fe como un proceso continuo y “nos dedicamos a dar a conocer a Dios a aquellas personas que no lo aman porque no le conocen”, como decía la Beata Dolores Sopeña.

La misión que realizamos también allí en Colombia se hace en entornos rurales, en centros de capacitación y en escuelas profesionales, en estos últimos casos, a través de la Fundación del mismo nombre.

La oración es el motor de nuestra vida –manifiesta Mane Arenas- y, por eso, los espacios de oración, tanto personal como comunitaria, son muy importantes. “En la noche revisamos el paso de Dios por nuestras vidas y agradecemos por todas esas personas y situaciones en las que Él se ha manifestado”.

Dios tiene un sueño para ti. Atrévete a escucharlo en el silencio, pero también en aquellas personas que Él coloca en tu camino.

¡Atrévete a soñar el sueño que Dios tiene para ti!