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Regalos para la Peregrinación

La Casa Museo de Dolores Sopeña en Madrid recibirá este domingo a los participantes de la II Peregrinación Sopeña, organizada por el Centro Sopeña de Toledo, después de haber recorrido setenta kilómetros entre la capital castellana y la madrileña.

Esta edición, concebida desde la devoción y el amor por la madre fundadora del Instituto Catequista Dolores Sopeña, y coincidiendo con la Cuaresma, supondrá un tiempo de reflexión y de penitencia, de agradecer a Dios por lo que somos y tenemos. Además, tendrá como novedad un objetivo solidario.

PROYECTO SOLIDARIO

Las aportaciones y donativos de los peregrinos, y de todos aquellos que quieran colaborar, se sumarán al Proyecto Solidario “Con tu ayuda, cocinamos el futuro”, destinado este 2019 a la ampliación del aula de cocina del Centro Sopeña Quito, en Ecuador.

Allí cada semana el aula de Cocina recibe unos 130 alumnos, pero son muchos más los que, interesados, se quedan sin posibilidad de formación porque las instalaciones no permiten un mayor aforo.

Actualmente, Ecuador, y concretamente Quito, su capital, acoge a muchas personas migrantes, mujeres y hombres adultos, procedentes tanto de poblaciones campesinas del propio país, como de estados que viven situaciones de crisis o riesgo como Venezuela, Haití o Cuba, entre otros.

CUATRO ETAPAS

Desde mañana 28 de marzo y hasta el domingo 31, la II Peregrinación Sopeña recalará en su primera etapa en Yunquillos (Toledo), donde su alcaldesa ha cedido un colegio para la pernoctación y abrirá las puertas de su casa familiar para dar de cenar a los caminantes.

En Griñón terminará la segunda jornada. Concretamente en un pabellón multiusos, también cedido por el Ayuntamiento de la localidad madrileña.

La tercera noche y penúltimo día de peregrinaje, los integrantes de la comitiva cristiana dormirán en una antigua escuela infantil, dentro de la Parroquia de Nuestra Señora de Zarzaquemada, cedida por intercesión del Obispado de Getafe.

Miembros de la peregrinación

Este año, los caminantes tendrán el apoyo de una persona que se encargará de portar en un “coche escoba” los equipajes más pesados.

Antes de emprender este camino que en su primera edición coincidió con el Año Centenario de la muerte de la fundadora, los peregrinos celebraron un acto íntimo en Toledo. Recibieron de manos de las Catequistas una insignia de Dolores Sopeña, una cruz del peregrino y la credencial, que tendrán que ir presentando en las distintas etapas del recorrido.

Además de los caminantes, otro grupo de personas con dificultades de movilidad se encontrarán en Madrid, para recorrer juntos los últimos cuatro kilómetros.

La peregrinación concluirá con una Misa de Peregrinos en la Casa Museo de Dolores Sopeña, en la Casa Generalicia del Instituto. Concretamente, en la capilla aledaña a la habitación donde Dolores Sopeña vivió sus últimas horas.