El Equipo de Solidaridad envía a toda la Familia Sopeña y a todas aquellas personas que están colaborando en el proyecto Un Peldaño para los Demás, un mensaje de agradecimiento y de ánimo por la implicación solidaria con quienes atraviesan momentos difíciles.
Ha querido plasmar, mediante una carta abierta a todos, su reconocimiento por la complicidad, “que rebela una verdadera familia”.
GRACIAS
Cuando el Instituto Catequista Dolores Sopeña planteó este proyecto solidario para actuar ante un momento complicado a nivel mundial: crisis sanitaria, declaración de pandemia, crisis económica…, no imaginó la implicación que está teniendo desde todos los rincones del mundo donde hay presencia Sopeña.
Sabemos que, desde muchas partes del mundo, os habéis movilizado de múltiples maneras para sumar en el Proyecto Un Peldaño para los Demás; recaudando fondos desde escuelas, centros, casas de catequistas, familias y donantes anónimos.
Además, haciendo eso que tan bien supo hacer Dolores Sopeña, salir al encuentro, estando atentos a las necesidades de otros, elaborando proyectos y haciendo seguimiento de esas mismas necesidades.
Sin este trabajo, y a veces esfuerzo, no hubiera sido posible que, después de tres meses, vayamos contando ya con los fondos suficientes para atender proyectos muy diferentes: facilitar el transporte a usuarios de escuelas; apoyar el pago de cuotas de alquiler y suministros básicos como electricidad o internet; comprar medicamentos; apoyar con material informático o didáctico; adquisición de elementos imprescindibles para emprender negocios… y tantos otros pequeños peldaños que están sirviendo ya para que la escalera vital de cada una de nosotros no se vea interrumpida.
Dar las gracias de forma puntual a la respuesta por el Proyecto Solidario, es una oportunidad para vivir en clave de agradecimiento profundo los lazos fraternos que nos unen a todos los miembros de esta nuestra Familia Sopeña.
A través de Jesús, hemos venido a formar parte de la familia de Dios. Debemos darle las gracias por ese maravilloso regalo y, aún más, por el buen testimonio de los hermanos que hace posible la extensión del Evangelio.
Por su parte, las personas y familias que han podido recibir estos escalones en forma de pequeñas ayudas, también han querido hacernos llegar, en muchos casos. cartas mostrando su gratitud y su compromiso para continuar con su crecimiento.